Madera Castaño
Su nobleza de carácter y perfección mecánica ha despertado admiración desde hace siglos y ha consentido la creación de piezas de gran significado funcional y estético
La madera de castaño constituye una valiosa materia natural autóctono de la península Ibérica y cuya introducción y expansión en Europa se debe a griegos y romanos. Es resistente a la vez que flexible, de dureza blanda y poco nerviosa, perdurable y con fuerte estabilidad dimensional ante los cambios de humedad. Pero, además, con el paso de los años, su apariencia no sólo permanece intacta sino que mejora notablemente. Una carta de presentación que explica perfectamente por qué el castaño ha sido y sigue siendo una de las especies más apreciadas para el sector maderero.
El árbol del castaño, longevo, de tronco grueso y altura de hasta 30 metros, siempre ha estado presente en la cultura ibérica proporcionando sustento, refugio y referencia espiritual a nuestros antepasados. Toda una provechosa fuente natural de recursos que ha sido objeto de aprecio y veneración durante generaciones y que, hoy en día, continúa despertando admiración. El castaño es, sin duda, un testigo milenario de la historia que se distingue por su porte impresionante y las excelentes cualidades mecánicas de su madera.
Los destinos que pueden sugerirse para la madera de castaño son muy dispares ya que aporta una nobleza y presencia estética increíbles a cualquier proyecto de carpintería, ebanistería, tonelería, construcción, fabricación de barcos y chapas decorativas. Así, puertas, ventanas y suelos de todo tipo de espacios pueden verse beneficiados por una materia prima particularmente durable debido a su baja permeabilidad y singular composición química. En definitiva, el castaño representa una excepcional fusión de cualidades que los antigüos ya supieron detectar y que, en los tiempos modernos, continúa siendo explorada como una auténtica joya de la naturaleza.