Madera Pino
La creación de ambientes únicos y personales empieza por los suelos de interior.
Suelos de interior con diseños funcionales y estética impecable para configurar espacios llenos de carácter.
La madera de pino encabeza la categoría de maderas macizas gracias a la perfecta combinación de variables como resistencia, contracción y flexión e impregnabilidad. No obstante, sus propiedades pueden variar ligeramente según la subespecie de la que se trate. Sin ir más lejos, existen más de un centenar de ellas y cada una cuenta con características y usos propios y es, precisamente, esta diferenciación la que contribuye a crear soluciones exclusivas de una singularidad sin precedentes.
Dependiendo de la edad del árbol y zona de crecimiento, el pino puede clasificarse como madera blanda, dura o semidura. La densidad fluctúa enormemente de un tipo a otro y, según el grado de dureza, puede ser un recurso más o menos apto para determinado tipo de proyectos. También el olor, el peso y las propiedades térmicas pueden ser distintas en función de la tipología. Pero, por lo general, el pino se caracteriza por ser siempre un material resistente, flexible, con un buen comportamiento frente a la humedad y de fácil manipulación. Es decir, que cuenta con las propiedades técnicas necesarias para desarrollar proyectos madereros de muy diversa índole.
El pino se utiliza en muy diversos sectores. De hecho, su versatilidad es una cualidad extra muy apreciada ya que es apto para la construcción naval, de puentes, postes y andamiajes y especialmente interesante para la fabricación de muebles, carpintería o piezas para la vivienda como puertas, ventanas, suelos y balcones. Eso sin mencionar que es un recurso con gran demanda como combustible para hogares y empresas. En definitiva, la elasticidad funcional es una de esas cualidades que convierten al pino en la alternativa perfecta para garantizar resultados excelentes.